COMENTARIO DE TEXTO – MODELO
RESUELTO
El orden
Imagínate que tu trabajo es ése: torturar. Que
cada mañana, en vez de acudir a la oficina, al despacho, a la fábrica, fichas
en una cárcel secreta, donde te espera un individuo encadenado al que ya
zumbaste ayer de lo lindo. Quizá hiciste algunas horas extra para llegar
a casa cuando los niños estuvieran dormidos o porque te has vuelto un
alcohólico del trabajo desde que te han confiado esta responsabilidad.
Luego ocurre otra cosa, y es que los días que torturas hasta tarde vuelves al
hogar con más ganas de sexo que nunca. Tu mujer te pregunta entre risas qué
rayos te dan en la C.I.A., porque habría que comercializarlo.
Pues eso, que cuelgas la chaqueta de un clavo
que hay en la pared desnuda, con manchas de sangre, y te vuelves hacia el tipo
encadenado, desnudo, esquelético, que quizá se ha meado y se ha cagado encima
durante la noche. Tiene un ojo enterrado en un amasijo de carne sonrosada y el
otro es apenas una rendija en cuyos bordes se entretiene una mosca. Sus
testículos parecen dos balones de fútbol y babea una mezcla de sangre y de
saliva entre los tres o cuatro dientes que han sobrevivido a la última
paliza. Quizá le ofrezcas un poco de agua, tal vez una calada a ese cigarrillo cuya
brasa apagarás luego en sus pezones.
Hablemos de los prolegómenos porque tú eres un
tipo que ama su trabajo y este hijo de puta se merece un calentamiento previo.
Te quitas la corbata, te remangas la camisa. ¿Por qué parte del cuerpo
empezamos? Tal vez se lo preguntes a él, como si le estuvieras
haciendo el amor, es posible que ésa sea tu idea del amor. Imagínate
un trabajo así, con sus trienios y su Seguridad Social y con la garantía del Estado,
como la deuda pública. Y con la tranquilidad que da contribuir al orden.
Juan José
Millás.
El País,
12/12/2014
CUESTIONES
1- Tema del
fragmento.
2- Resumen.
(6-8 líneas)
3- Estructura
externa e interna. En el caso de la interna, señala los elementos de referencia
y los conectores principales que te han llevado a la elección del sema o semas
que destacas.
4- Modalidad
discursiva: indica de qué tipo de texto se trata según su objetivo
comunicativo-incluye las funciones del lenguaje destacadas- y justifícalo con
ejemplos extraídos del fragmento.
5- Indica las
connotaciones colectivas de la palabra “zumbaste”, no sólo la aparecida en el
texto.
6- Localiza
en el texto una mención de un signo no lingüístico de carácter olfativo y
señala sus elementos concretos (es decir, su significante, su significado y su
referente).
7- Analiza
morfológicamente de modo completo las palabras o expresiones subrayadas en el
fragmento.
8- Indica los
elementos formantes (lexema(s) y morfema(s)) de han sobrevivido y enterrado.
Señala, igualmente, si se trata de una palabra simple, derivada, parasintética
o compuesta.
9- Comenta el
nivel de uso y el tipo de registro utilizado por el autor. Justifica tu
respuesta con ejemplificaciones textuales.
10-
Conclusión u opinión personal (indica algún aspecto especialmente interesante o
que te haya parecido original o adecuado, y busca enjuiciar el interés del
texto a partir de su actualidad, su intemporalidad, su originalidad, su
estilo,...). (6-8 líneas)
SOLUCIÓN El orden (Artículo de
opinión, El País, 12/12/2014) – JUAN JOSÉ MILLÁS
1- Tema del fragmento.
El desorden del orden imperante en la sociedad. (Siempre que se pueda, queda bien aportar un
matiz literario a la expresión del tema. En este caso concreto, aprovecho una
obra famosa del propio autor, Millás: “El desorden de tu nombre”)
2- Resumen
Suponiendo que alguien trabaja torturando a posibles
enemigos del orden social, como supuesto agente de la C.I.A., uno se acostumbra
a convivir en su vida doméstica y cotidiana con los efectos nocivos de la
violencia, observándolos como algo normal, pues cumples una responsabilidad que
el Estado ha confiado en tus hombros para contribuir a garantizar ese orden. De
hecho, la conclusión es que debes sentirte casi como en éxtasis amoroso, pues
quizás sea ésa la forma en la que debe entenderse la tortura dentro del orden
en una sociedad, como una forma más de amor, tan necesaria para el ser humano
como lo es éste.
3- Estructura
3.1- Est. Externa:
se trata de un texto de estructura INDUCTIVA, con la tesis al final
del mismo, que consta de dos claras secciones:
- Primera parte:
los dos primeros párrafos.
-Primera
subparte de la primera parte: primer párrafo. Millás refiere los hábitos de un
imaginario torturador, centrándose en los profesionales, pero apuntando alguno
de orden familiar.
- Segunda subparte de la primera
parte: segundo párrafo; sigue relatando esos hábitos, ya con el escenario
profesional como único fondo y los prolegómenos de la consecuencias del
maltrato de situaciones anteriores.
- Segunda parte:
tercer párrafo, el autor desgrana el inminente momento de iniciar, una vez más,
la tortura, realizando un símil entre esa labor “profesional” y la idea del
amor que el torturador puede llegar a tener.
3.2- Est. Interna:
el sema del fragmento es la TORTURA. A él se dirigen los distintos usos
semánticos del novelista, como, por ejemplo, y muy al comienzo del texto, para
que aún quede más clara su intención de destacar el vocablo, las catáforas
del primer párrafo, una mediante el pronombre demostrativo de distancia
media “ése” (>”tortura”) y otra con el S.N.“otra cosa” (>” más ganas de
sexo”). También en ese párrafo el uso deíctico de los pronombres relativos
para centrar la mirada tanto en el lugar de la tortura (“donde”) como en la
presencia del torturado (“al que”).
Y en lo que
respecta a conectores, llamativos son los de causa-explicación ( ”pues
eso”), introduciendo el segundo párrafo
o “por qué...”, en el tercero, buscando
el reflejar si el torturador es capaz de preguntarse a sí mismo sobre los
motivos que le llevan a realizar, sin impedimentos morales especiales,
semejante ocupación. Millás parece dudar de que se lo pregunte o, en el mejor
de los casos, cree que el maltratador suele igualar la tortura con un acto
amoroso.
4- Modalidad
discursiva
Estamos ante un
texto periodístico, concretamente del género de opinión, un artículo
o columna aparecido en el diario El País con fecha de 12-12-2014. Si bien
presenta diferentes rasgos del subjetivismo propio de ese género que
llevan a encontrar expresiones típicas de la función expresiva del
lenguaje (el uso del tuteo para referirse al supuesto torturador-lector, o
expresiones de carácter descriptivo muy marcado como “qué rayos te dan
en la C.I.A.” o “se ha cagado encima durante la noche”), al ser obra de un
autor literario de renombre como Millás, esta columna rezuma una constante alusión
al “tú”, al hipotético lector que pudiese ejercer el “oficio” de torturador
(o quizás pudiese llegar a pensar lo mismo que él, sin tener por qué ser de ese
ramo profesional), por lo que la función apelativa se evidencia, con el
objetivo, seguramente, de convencer al maltratador de que debe reflexionar
sobre la penosa actitud que escoge cuando realiza esa tarea tan inhumana. A
lograr este efecto ayudan lo variados usos de las locuciones adverbiales y
adverbios de duda (“tal vez”, quizá”, respectivamente, con doble uso entre los
dos últimos párrafos), marcando ese matiz de la posibilidad de que quizás
cualquiera de nosotros pudiese llegar a comportarse como este supuesto
torturador.
Por último, y
aunque sea con interés casi escatológico, la función poética, la de
enrarecer el idioma para buscar expresividades llamativas para los sentidos del
lector, la observamos en el uso de toda una serie de palabras o citas
socialmente malsonantes, desde “se ha cagado”, “zumbaste de lo lindo”, “hijo de
puta”,...hasta el símil literario, casi metafórico, “sus testículos
parecen dos balones de fútbol”).
Por su tipología
discursiva, deberemos catalogarlo como narrativo-descriptivo, pues ni
busca explicarnos ni probarnos hechos, tan sólo habla de suposiciones e
intenta describir las sensaciones que producen.
5- Connotaciones
colectivas de “zumbaste”
En el
texto, “zumbaste” significa “golpear
de modo contundente”.
Otras
connotaciones colectivas
de esta palabra se observan en expresiones como “salir zumbando” (“tener mucha
prisa”), “estar zumbando una edad” (“estar cercano a cumplir años”, por
ejemplo: “No tiene treinta años, pero le zumban...”) o, ya más regionalmente,
en algunas zonas de Castilla-León, especialmente en Salamanca, “zumbar al perro”
es “azuzar al can para que ataque a alguien”.
6- Signos
no lingüísticos de carácter olfativo
Se observan en las
expresiones “ese cigarrillo cuya brasa luego apagarás en sus pezones”, o en la
ya mencionada “observas que se ha meado y se ha cagado encima”; eligiendo ésta,
su significante sería “el mal olor que esas necesidades corporales sin
limpiar convenientemente producen alrededor del torturado”, su significado
es “persona vejada, humillada e indefensa” y su referente sería “imagen
de una persona cabizbaja que se intenta apretar los muslos para evitar la
expansión de sus nefastos efluvios corpóreos”.
7- Análisis
morfológico de las palabras subrayadas
- Que: conjunción
subordinante. (Concretamente completiva,
pues se refiere al elidido “imagínate”) - Recuerda que lo del paréntesis no
sería necesario por ahora en el examen.
- Al que:
pronombre relativo.
- Lo: pronombre
personal, 3ª pers.sing., función objeto. (De carácter adverbializado, pues hace
de cuantificador en el sintagma adjetival “lo lindo”) - Recuerda que lo del
paréntesis no sería necesario por ahora en el examen.
- Porque.
Conjunción subordinante (adverbial de causa)
- Recuerda que lo del paréntesis no sería necesario por ahora en el
examen.
- Desde que:
locución conjuntiva (adverbial de tiempo, al equivaler a “cuando”) - Recuerda que lo del paréntesis no sería
necesario por ahora en el examen.
- Qué:
determinante interrogativo indirecto.
- Habría que
comercializarlo. Perífrasis verbal modal de obligación.
- Apenas: adverbio
de tiempo.
- Tres:
determinante numeral cardinal.
-
Cuya:*determinante relativo.(*Comentar que la gramática actual permite su
designación como “pronombre” relativo).
- Previo: adjetivo
calificativo, grado positivo, especificativo.
- Preguntes: verbo
PREGUNTAR, 1ª Conj., 2ª pers.sing., presente de subjuntivo, activa,
imperfectivo.
- Estuvieras
haciendo: perífrasis verbal aspectual durativa.
- Ésa: pronombre
demostrativo, distancia media.
- Estado:
sustantivo propio, antropónimo. (No se refiere al topónimo o lugar “España”-,
sino que está “personalizado”)
- Tranquilidad:
sustantivo abstracto.
8- Elementos
formantes de responsabilidad, han sobrevivido y enterrado
. Han sobrevivido: lexema : -viv- / Morfema
Dependiente Derivativo prefijo: sobre- / Morfemas Dependientes Flexivos
desinencias verbales: han, -ido
DERIVADA
. Enterrado (fíjate que en el texto se usa como adjetivo,
y no como participio verbal, pues hubiese tenido desinencias verbales en ese
caso): Lexema: -terr- / Morfema Dependiente Derivativo prefijo: en- /
Morfema Dependiente Derivativo sufijo: -ad- / Morfema Dependiente
Flexivo masculino: -o DERIVADA
(no es parasintética, pues existen ambas combinaciones: “enterrar” y
“terrado”).
9- Nivel
de uso y tipo de registro
El fragmento, por
su tinte irónico y su intención de enmarcar el escrito en un ambiente de
referencias malsonantes, puede llegar a parecer propio del nivel vulgar, pero
la ausencia de una jerga de la delincuencia nos hace anular esa intención,
dejando la más que evidente por parte de Millás de acercarlo al nivel culto,
pero con un registro informal y usual para el ciudadano medio, buscando que el
lector sobrepase el significado directo de las palabras para ahondar en su
interior y descifrar la catadura moral o idiosincrasia de la figura de un
maltratador, imagen que, según parece querer reflejar, quizás compartamos más
convecinos de los que nos gustaría reconocer.
10- Conclusión
(y opinión personal)
El autor logra
descifrar las claves de la difícil personalidad que todo sujeto puede, por
momento, mostrar según las circunstancias que le haya tocado vivir. Millás
defiende la tesis de que detrás de cualquier hijo de vecina se puede esconder
la figura de un torturador, en una época, ésta actual, en la que la violencia y
el maltrato están a la orden del día, casi siempre escondidas o disimuladas por
una sociedad que todavía no sólo no es capaz de atajarla de raíz, sino que
suele convivir con ella sin especial problema, incluso con “tranquilidad”,
quizás, como bien indica el novelista, porque se ha acostumbrado a pensar que
se trata de un simple y deseado acto de “amor”.
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