Aquí va el primero:
VIOLENCIA
Por Iker Galvañ Talledo
Actualmente, por desgracia,
vivimos en una sociedad bastante malformada e incluso me atrevería a llamarla
endemoniada, en la que el maltrato, los insultos, el desprecio, rechazo y el
rencor predominan.
Vivimos en una sociedad en la que
enseñamos a las mujeres a ponerle fin al machismo que sufren día a día, en vez
de enseñarnos a los hombres a no darles un principio; donde a los homosexuales
nos enseñan a cómo poder ignorar la homofobia, pero también, de manera
indirecta, nos inculcan el tener que ocultarnos para no sufrir ese maltrato
homófobo.
Vivimos en una sociedad donde nos
dicen que los hombres no lloran, las mujeres cocinan, los hombres trabajan, las
mujeres limpian… En la que los hombres son el sexo fuerte y las mujeres, citado
por la RAE, son el sexo débil.
Vivimos en una sociedad, en la
que piropear bruscamente a una mujer desconocida o, peor aún, a alguna menor,
es tan normal como comer y en la que insultar a un musulmán o a cualquier otra
persona que sea distinta a ti, y más si no es ningún ‘machote’, es habitual.
Vivimos en un lugar en el que por
haber nacido chico o chica, ser gay o no, ser católico o musulmán, ya
condiciona tu vida entera.
Habitamos en un extraño lugar en
el que maltratamos, queriendo o no, a cualquier persona, llegando, incluso a
casos de violencia extrema. Sin embargo,
lo que muchos no saben es que a aquella mujer que un día llamaste gorda, dejó
de comer porque la dieta y el ejercicio no le funcionaban; aquella joven a la
que piropeaste, dejó de salir de casa para no presenciar a `viejos’ que le
miraban el trasero; aquel hombre del que te reíste porque lloraba, perdió a sus
padres en un accidente de tráfico; aquel niño con el que te metías, sufría
tanto que decidió suicidarse; aquel joven al que llamaste ‘maricón’ se acabó
tirando por un balcón, harto de sufrir la homofobia.
Por desgracia, vivimos en una
sociedad en la que no podemos hacer uso de nuestros derechos ni libertades, ya
que si lo hacemos y ‘plantamos cara’ a la barbarie, la gente es capaz hasta de
matarnos y quedarse tan a gusto, como si de cascar un huevo se tratara.
Pero chicos y chicas, gays y
transexuales, musulmanes y judíos, tranquilos. Todo esto, tarde o temprano,
acabará, así que no os rindáis, a(r)maos, inciad la revolución y provocad que
los maltratadores reflexionen. A ver si así, al final, logramos un mundo en el
que predomine la compasión y la paz, de lo que carece a día de hoy, y hace
bastante tiempo, el planeta y consigamos dejar de lado a lo que teme y sufre
tanta gente: VIOLENCIA.
Si, tienes tanta razón. Y quizá llegue el día en el que la sociedad se percate de lo que le causa a los demás con sus actos y palabras,creo que todos esperamos con grandes ansias que llegue ese día.
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